lunes, 24 de febrero de 2014


ADOLESCENCIA.

PADRES  Y MADRES EFICACES.

     La adolescencia es una época de cambios entre la infancia y la madurez, en la que se define nuestro cuerpo y nuestra personalidad. Es una época de conflictos que pueden también ser sugerentes y positivos, todo depende de cómo se afronten las diferentes situaciones que se nos van presentando. 

   Existen estudios que hablan de una ampliación del período de la adolescencia, se inicia antes y se culmina más tarde, y es evidente que esto preocupa a los padres y madres que tienen que convivir con sus hij@s en esta etapa y que parece que nunca vaya a terminar y resolverse de una forma positiva.  Para su tranquilidad hay que decir que los estudios científicos sobre este tema, demuestran que, si bien es cierto que algunos adolescentes encuentran obstáculos, la mayoría los superan llegando a ser adultos que encuentran su lugar en la vida, se relacionan de forma satisfactoria y llegan a ser buenos ciudadanos.

      Algunos de los temas que preocupan a los padres y madres que tienen un adolescente en casa, son el paso de Primaria a Secundaria, los cambios de humor, los amigos y sus influencias, el riesgo de fracaso escolar, el posible consumo de drogas, la información sexual y muchas otras cuestiones similares. Cada familia tiene sus formas de pensar, sus prioridades y su manera de afrontar estas dificultades, pero las investigaciones sobre este tema, demuestran que existen algunas cualidades comunes en los padres y madres eficaces.  Y son las siguientes: 
  • Demuestran amor: los adolescentes necesitan poder contar con sus padres, que se comuniquen con ellos, que les dediquen tiempo y que les demuestren que se preocupan por su bienestar. Se puede querer a los hijos y no estar deacuerdo con lo que hacen, y ellos deben saber que esto es así. 
  • Apoyan: necesitan elogios y reconocimiento cuando se esfuerzan y ánimo para desarrollar sus intereses. En ocasiones se preocupan por cosas que a los padres nos parecen insignificantes, pero que para ellos son importantes y necesitan nuestro apoyo. 
  • Ponen normas: fijar límites y poner normas hace que, tanto los más pequeños como los adolescentes, e incluso los adultos, nos sintamos emocionalmente seguros. Poner normas y supervisar que se cumplen, facilita un desarrollo equilibrado y llegar a ser un adulto ajustado psicológicamente.La mejor estrategia es fijar límites  y normas claros, razonables y bien explicados, para que sean efectivos.
  • Dan ejemplo: los padres y madres, familiares, amigos y la gente de su entorno son ejemplo de comportamiento y actitud para los adolescentes y niños. 
  • Enseñan responsabilidad: el sentido de la responsabilidad se va aprendiendo con el tiempo, desde pequeños en el colegio crecen aprendiendo a responsabilizarse de sus cosas y tareas, ordenar su habitación, colaborar en casa. También es un acto de responsabilidad el aceptar las consecuencias de sus decisiones, sean estas positivas o negativas para ellos. Es tarea de los padres y madres darles la oportunidad de desarrollar este hábito de la responsabilidad. 
  • Ayudan a proponerse metas: ayudarles a pensar en algo que quieran alcanzar y cómo y con qué medios lograrlo. 
  • Respetan: No todos los adolescentes son rebeldes y complicados, pero todos necesitan ser tratados con respeto y que se les reconozca y aprecien sus diferencias. El respeto mutuo es la base de una buena relación entre padres e hijos. 
     Es evidente que la tarea de ser padres y madres es muy complicada, y que no nacemos sabiendo cómo hacerlo bien, ni podemos controlar lo que nuestros hij@s llegarán a ser, pero como responsables de su educación, tenemos muchas oportunidades de influir en su desarrollo. Y esta influencia será positiva si disfrutamos el presente, pensamos en el futuro y empezamos a trabajar desde pequeños para conseguir que se desarrollen como personas íntegras y responsables.




miércoles, 12 de febrero de 2014

PENSAMIENTO POSITIVO.

"El único motivo por el que soy feliz es porque he decidido serlo"

Hoy he leído esta frase y me ha hecho pensar... ¿Somos felices porque podemos o porque queremos? En muchas ocasiones, tendemos a buscar en aspectos externos la causa de nuestros pesares, y como no podemos hacer nada para solucionarlo, sólo queda aguantarse... pero sí que hay algo que podemos hacer. El camino hacia la felicidad, el sentirse bien y el equilibrio emocional pleno está bajo nuestro control.

¿Cómo podemos sentirnos bien cuando la realidad que nos envuelve no es muy alentadora?

El secreto está en tener claro que no existe una realidad objetiva que percibamos todos de la misma manera, si no que percibimos el mundo a través de un filtro formado por nuestros sentidos e interpretaciones.De esta forma, si tendemos a valorar los hechos que nos ocurren, de forma negativa, las emociones que surgen también son negativas y nos hacen sentir mal.  Cuando, por el contrario buscamos lo positivo en lo que nos ocurre, las emociones que surgen son positivas y agradables y nos hacen sentir mejor. 

Pongo un ejemplo: nos despertamos por la mañana y está lloviendo (un hecho sin connotaciones) y nuestros pensamientos son "que gusto da ver llover", "ya era hora que lloviera, el campo lo necesita", "¡voy a estrenar mis botas de agua!. Pensando así, es más probable que el día comience mejor que si ante el mismo hecho, los pensamientos son "vaya, ¡otra vez la lluvia!", "¡qué desastre!, y yo sin coche","¡qué ganas tengo que llegue el verano!", porque de esta manera, no afrontamos el día con la misma energía y vitalidad. Ante un mismo hecho, la manera de interpretarlo que tengamos, conlleva sentimientos positivos y negativos, y éstos, a su vez nos hacen sentir bien o no tan bien. 

El pensamiento positivo es un hábito que se aprende y se practica, y que no quiere decir que se niegue lo negativo o ser incapaz de ser realista. Se trata de practicar una habilidad, para centrarse o buscar los aspectos positivos de una situación, que resulta motivante e inspiradora. 

Nadie dice que sea fácil, ¡pero es posible! os animo a practicarlo.